Cuando esto ocurre, siempre tienes la posibilidad de elegir cómo vas a reaccionar ante el ataque, que es en este caso, una «Crítica».
Obviamente es más fácil reaccionar «saltando como un resorte», por decirlo de alguna manera, pero está en cada uno de nosotros, la decisión de si quieres gastar tú energía en ponerte contra la postura de esa persona para poder defender la tuya (y así corremos el riesgo de salir «heridos o herir» en este proceso, independiente del resultado);o si por el contrario eliges no responder a la crítica, porque te das cuenta de que la misma, no tiene que ver contigo, sino con el otro.
En este momento, tú decides que no vas a establecer una «rivalidad en espejo» con este nivel de «agresión».
Primeramente, deberemos de ver dentro nuestro, si éstos comentarios, ideas, pensamientos, etc, te molestan o no.
Si no te causan molestia alguna, ¡PERFECTO!, esta situación es la ideal, los dejas pasar y todo va a estar bien; pero si te causan aflicción, si te resuenan internamente, si tienes la necesidad de tener razón, debes de notar que en éste aspecto tienes un «inconveniente a resolver».
¿Porqué te está ocurriendo esto? o aún, mejor preguntado, ¿para qué te está ocurriendo esto?.
Te voy a pedir que reflexionemos, los dos, yo también lo voy a hacer, ya que al escribir este Post, me hicieron «ruido» algunas situaciones de mi vida personal, acerca de las críticas que recibo y de cómo te o me afectan las mismas.
Te leo en las redes…